La templanza es un signo de que tus relaciones son armoniosas, y también significa que tienes una perspectiva clara de las cosas. Has aprendido a no dejarte arrastrar por los conflictos de los demás ni a permitir que asuntos menores te desequilibren. En cambio, te adaptas a las situaciones con una mente clara y un corazón tranquilo, y mantienes el equilibrio.

La templanza también puede significar que has encontrado la paz y la tranquilidad, y que te sientes satisfecho. Indica que está realmente en contacto con su interior, con lo que valora y con su propia compasión moral, y que le resulta más fácil descifrar sus aspiraciones y fijarse objetivos.